Copérnico Carayá

Más raro que un rinoceronte andino
es el mono citadino
Copérnico,
el único mono con vértigo
en todo el zoológico.
Un veterinario
que antes 
había sido comisario,
por sacarle el vértigo
a Copérnico, lo obliga
a subirse a una silla
que está arriba de una silla
mil, dos mil, tres mil veces al día.
Es su peor pesadilla
y no encuentra salida
a su quieta 
pero vertiginosa vida.
Como a nadie entretenía
en el zoológico
porque quieto ahí se estaba
hasta que anochecía,
fue echado a la suerte
en el monte chaqueño.
Recién allá supo que su apellido 
es Carayá y que la cola
también es una mano.
Las noches se le van 
jugando con sus hermanos.

Si lo quieren visitar
vayan hasta el Chaco
y pregunten por la familia
de los macacos
que se llama Carayá.
Ellos los llevarán mejor que nadie,
por los imaginarios caminos del aire.