una
cucaracha elegante
nacida en plaza francia
a la fragancia de jazmines
y madreselvas…
pasea presumida
su coquetería,
saboreando semillitas
de mandarina.
Cansada de tanta elegancia
bostezaba aburrida
desde su latita escondida
bajo un banco de la plaza
y
en ese instante
pasó:
la primavera
y
pasó también: un cienpiés linyera.
Se
saludaron primaveralmente,
y en pocos segundos
el patimuchos ¡le habló de medio mundo!
de ratones
vagabundos
de lechuzas infernales
de viajes en palito
por cloacas hasta el mar.
le contó desventuras
de pájaros prisioneros,
y poemas escritos
por perros andariegos
dedicados al viajar.
Contando y contando
ya no supieron cuando
ya no supieron cuando
la plaza se les hizo viento,
y si lo que digo es puro cuento,
que lo decida quien quiera,
pero vean amigos: ahí va
una cucaracha
y un cienpiés linyera,
volando la primavera,
entre flores de lapacho,
sobre un pompón
que soltó el palo borracho.